17 dic 2007

DEL CAMPO A LA CIUDAD

Por Yesika Cruz
Apunta el investigador Jacobo Arellano Amaya que los “movimientos migratorios contemporáneos obedecen fundamentalmente a cuestiones económicas” lo que determina “la desintegración de las economías campesinas y artesanales”.


Prueba de ello, es el caso del Señor Siro Abelino, quien emigró a la ciudad de Oaxaca desde hace 20 años. Procedente de ciudad Mendoza, Veracruz, dejó los cultivos del campo para practicar el oficio de la carpintería, “en el campo se gana muy poquito y casi no hay trabajo, además allá donde viví no hay suficiente agua para regar, por lo que no alcanzaba para todos los que queríamos sembrar, por eso tuve que migrar para acá, unos amigos me trajeron”, afirmó en entrevista.

Sin tener algún familiar en Oaxaca y con adversidades como la insuficiencia de empleo, se inició en el oficio de la carpintería y venta de sus productos, que al principio transportaba con la ayuda de un diablito, junto al que recorría las colonias de la cuidad y los tianguis, “el trabajo es muy pesado, porque hay que ir a traer madera y pesa el material de trabajo”.
Además, otro problema que enfrentó es que los muebles, que pesaban de 50 a 70 kilos, a veces no se vendían y “había que regresar con la mercancía para volver a sacarlos al día siguiente”, además de que en su transitar por las calle y avenidas “muchas veces los automovilistas se enojaban conmigo porque necesitaba pasar”.


Actualmente Siro, transporta su mercancía en una camioneta que compró con ahorros, sin embrago, sus paisanos y vecinos de colonia, que recién llegaron, aún no tienen esa posibilidad, por lo que transportan las bases de camas y sillas, sobre el viejo transporte de su vecino, un diablito.

“Nosotros trabajamos siempre de siete de la mañana hasta la noche, no tenemos una hora de descanso, trabajamos hasta domingo” aseguró. “Todos queremos mejorar económicamente”.
¿Cuál es uno de sus sueños o qué le gustaría lograr? Lo cuestioné, ante lo que expresó “pues muchas cosas, lo que pasa es que este trabajo no da para más, pero me gustaría tener algo más de herramienta”.
¿Qué opina del gobierno de Oaxaca? “pienso que ha hecho mal las cosas, pero qué le vamos a hacer”.
¿Ha recibido ayuda de algún programa? “hasta ahora a nosotros no nos ha brindado apoyo para nada”.
¿Cuánto gana? “no tengo sueldo fijo a veces se gana y a veces no, ganó lo mínimo, no tengo casa propia”.


Al caso de Abelino se suman otras situaciones de inmigrantes que habitan en Oaxaca, ya que datos del INEGI, en el II Conteo de Población y Vivienda 2005, muestran que llegaron a vivir a Oaxaca 53 059 personas de otras ciudades.

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